El camarero parlanchín

El camarero parlanchín

jueves, 9 de enero de 2020

¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

¿Por qué, a veces, cuando se calienta la leche en la cafetera suena como si fuera un gorrino al que están matando?
¿Por qué, si me siento a tomar algo en la sala, cuando llega el camarero me descoloca las cartas que suele haber en la mesa?
¿Por qué con la misma cafetera....café....leche...un café puede saber diferente según quien lo haya hecho? En el mismo sitio, vaya. ¿Cómo es posible?
¿Para quién es la propina que dejo?

Hoy vamos a resolver algunas de las dudas que, si no has trabajado en hostelería, te asaltan cuando vas a tomar algo.
¿Por qué ese ruido al calentar la leche?
Eso da para una tesis. El tema café da pa más de un post. Para empezar, lo correcto cuando preparas la leche que tienes que servir en un café se llama emulsionar. El verbo es ese. Emulsionar. Preparar la leche para ser mezclada con el café. Igual que en cocina una salsa requiere un estado en concreto para ser mezclada con otro alimento, en el café con leche la leche debe estar en ese punto idóneo que podemos conseguir emulsionándola.
Si se hace bien NO tenemos que escuchar ese ruido que decíamos al principio. Como un cerdo chillando o como un camión con las pastillas del freno desgastadas. Eso es mala señal. No os voy a decir que tiene que sonar como una sinfonía de Beethoven pero, desde luego, no tiene que molestar en una conversación cercana.

¿Por qué el camarero me descoloca las cartas cuando viene a preguntar lo que voy a tomar?
En realidad no las está descolocando. Esta situación se da cuando en una sala hay más de una persona atendiendo a los clientes, y lo que hace es avisar a sus compañeros de que esa mesa está atendida. Que dirás tú.....coño....tengo un café y un croisant delante es evidente que estoy atendido. Sí, en ese caso sí, pero se hace para que no te vengan a preguntar en ese espacio de tiempo que va desde que has pedido hasta que te lo sirven.
No es algo muy muy habitual pero sucede en grandes terrazas, por ejemplo. Y que te pregunten dos veces no es lo peor del mundo pero el detalle indica profesionalidad. Y muchas veces pasa desapercibido.
Cuando hablamos de descolocar hablamos de que, por ejemplo, si están de pie las tumbe sobre la mesa. O las gire. Cualquier detalle para que otro profesional lo pille. Igual no lo has visto nunca o igual lo has visto pero no veías una intención o un motivo. De nada.

Bufff.....cafés diferentes en el mismo sitio. Otra tesis. Pero bueno, esta es más fácil de entender. Seguro que no te sale la tortilla como la de tu madre, no? Con las mismas patatas, aceite, huevos y demás.
Un café tiene varios pasos y en cada uno de esos pasos influye, o puede influir, la mano de quien lo hace.
Tirar la borra del anterior café (no debería notarse), cargar una nueva dosis de café (ahora suelen ser automáticos los molinillos y están regulados para que salga la misma cantidad siempre, pero antes que eran manuales cada uno echaba lo que quería. Así que ahora....se nota menos), apretar esa carga (aquí ya empezamos a notar cositas. Cada uno aprieta de aquella manera. Mucho....poco....nada....de manera uniforme...de lado.....¿Conclusión? Se nota), poner el porta con el café apretado en la cafetera (otra vez cuestión de fuerza así que....se nota. Ojo....no digo que a más fuerza sea mejor ehhhh), darle al botón para que salga café (automáticas como dijimos y se supone que reguladas para que un café con leche lleve la misma cantidad de café, líquido, siempre. No debería notarse), y la leche. Si es con leche o cortado, vaya. (Aquí se nota mucho. Hablamos antes de calentar la leche, o de emulsionarla, o de hervirla como si no hubiera mañana. Si, es el momento en que más se puede notar).
Y último detalle. Presentación al cliente: cucharita a un lado, con el rabillo a mano, azúcar o similar al otro, ofrecerlo como ese café que ha pedido.....eso mola. La otra opción es la cucharilla  de cualquier manera, el azúcar por allí tirado, el café a dos metros de donde estás y...ojo a esto....lleno hasta las trancas. La taza a punto de rebosar. Es una chorrada pero yo no lo llevo. Déjame espacio leñe! Pa echarle los dos de azúcar, o pa revolverlo, o pa acercármelo desde donde me lo has dejado sin tirarlo. Bufffff.

¿Propinas? NO hay una ley escrita. NO hay unos parámetros que te pueda contar. Cada sitio es un mundo y cada sitio tiene sus costumbres o normas. Desde que la cocina no entre en el bote (no me parece bien) hasta que cada uno lleve el bote que se gane. Esto último tiene parte positiva y parte negativa. Positiva: incita a trabajar, a estar atento. Cuanto más trabaje más gano con el bote. Correcto. Pero....parte negativa: prisas, codazos y carreras por atender a alguien que acaba de llegar. Queda mal. Sobre todo si, por el contrario, pasamos de un cliente que sabemos que no es muy espléndido con ellas. No me gusta. Además, en la mayoría de los casos se necesitan dos o más personas para atender a alguien. ¿Quién se lleva la propina? ¿El que saluda al entrar y pregunta qué van a tomar, el que ha puesto la tostada o la que ha cobrado al cliente? Personalmente, tampoco me gusta.
Ah....un consejo: cuando pagues NO preguntes quién entra en el bote. Es de mal gusto y das a entender que según para quién sea dejarías más o menos. O nada. Si te han atendido bien y consideras que se merece...adelante. Sino...adelante también. No es, en la mayoría de los casos, una obligación.

Y ahora, turno de preguntas. ¿Alguna duda?

miércoles, 8 de enero de 2020

Basado en hechos reales II

Las situaciones paranormales o difíciles de entender no se dan, únicamente, en el lado del cliente.
Algo tan sencillo como pedir sacarina con un café puede ser como hablarle a una pared.
Ya dijimos alguna vez que hace años había tres tipos de café. Solo, cortado y con leche. Como mucho.... "nescafeinado". De sobre, por supuesto. Hoy en día la variedad es mucho más amplia. Eso es bueno. Y cada uno toma el café como quiere. Si lo quiere manchadito.....manchadito. En eso estamos avanzando. La pregunta es....¿te hacen caso? Los camareros digo.
Porque hay cosas que son fáciles de solucionar. Dos de azúcar. Es tan sencillo como decir.....
- Perdone, ¿me trae otro de azúcar?
Es, de hecho, tan sencillo, como traer dos cuando te las han pedido. O tan sencillo como que si paras cinco días seguidos en el mismo sitio lo sepan sin decirlo. Pero no.....igual lo tienes que pedir los cinco.
- A ver.....tontolaba. ¿Es por tocar los cojones o eres así de natural?

Al final, es tan sencillo, y complicado, como ponerle voluntad. Querer hacerlo. Si en tu negocio tienes tres tipos de leche diferentes deberías estar predispuesto a utilizarlas y poner la que te pidan sin que dé la sensación de que es un marrón.
Pero hay cosas que ya son más difíciles de solucionar. Si quieres un café con leche largo de café y han pasado de ti, el abanico de las posibilidades se abre.
Puedes pasar tú también y tomarlo como te lo han traído, que no es como lo querías pero....bah....da igual. Y luego dos opciones: no volver (no estás a gusto en un sitio donde no han sido buenos profesionales) o darles otra oportunidad. Y otra, y otra, y otra.......
Si paras en un sitio donde pides un con leche largo y te lo ponen normal, la culpa ya empieza a ser tuya también. Creo, vaya.
Existe la opción de....
- Camarero, perdone: le pedí un café con leche largo y esto no lo es.
- ¿Seguro?
- Seguro....¿qué? ¿Que si se lo pedí o que si es seguro que no es largo?
En ese punto ya te has dado cuenta de que no van a hacer mucho por cambiártelo. Todas sus fuerzas van a estar dedicadas a tener razón.
- No me lo pidió largo.
- Oiga....creo que sí. Yo dije largo y mi amiga corto. Y son iguales.
- Pero....¿Cómo de largo lo quería? ¿Me lo dijo cuando miraba para usted o cuando estaba apuntando en la libreta? ¿Me lo repitió dos veces? Ahhhh....claro. Entonces es como si no lo hubiera dicho. Se siente.
Igual tienes suerte, te llevan la taza a la barra, tiran un poco del café, la limpian con esa bayeta de la cafetera que tiene más mierda que el palo de un gallinero y te echan más café. Agua en realidad, porque no pondrán otra carga. Pero tendrán un detalle. Esa bayeta solo limpiará la parte de afuera de la taza. Verás el esmero que ponen para que no toque la parte de dentro. Como si al beber no tocáramos lo de afuera también.

Soy de los que cree que un profesional de la hostelería tiene que estar (para el cliente) solo cuando lo necesita. Pasar desapercibido hasta que se necesita algo. Un vaso de agua, otro café, un bollo de pan.....
Y tan malo puede ser la ausencia cuando se necesita como la presencia cuando no se requiere.
Conozco casos de clientes que ante la pasividad de un camarero han llamado (por teléfono) al bar.
- Perdona majo. ¿Cuando termines de ligar con la de la esquina de la barra nos puedes traer otra ronda a la mesa seis?
Y al revés. Cena, comida o lo que sea de negocios o familiar y.....
- Le queda bien esa chaqueta. ¿Dónde la ha comprado?
- Ups...enhorabuena. Embarazada, ¿no? ¿De cuanto? ¿Niño o niña? ¿Ya lo sabe?
- Pues no, no estoy embarazada. Soy así.  Y si estoy gordita es de tanto comer mierda pa cagarme en su puta madre.

Dejemos que sea el cliente el que decida qué café quiere. El que decida cómo quiere ese café. Cuándo quiere ese café o si quiere conversación o no.

Están de moda los zascas. Vivimos una época en que la expresión "cerrarle la boca" se ha convertido en "darle un zasca". Os cuento uno de los mejores que yo he vivido trabajando.
Un cliente nos pide un café equis (intrascendente) y una tostada. Un compañero mío sale con la tostada con tanto brío que cuando está llegando a la mesa se le cae del plato al suelo. No pasa nada.
- Perdone, le hacemos otra. Deme un minuto.
El compañero llega a la cocina y en un ataque de cordura dice a la cocinera....
- Limpia un poco esta tostada y tírala en la plancha para que vuelva a calentar y así hacemos tiempo para que crea que bla....bla....bla....
Sale mi compañero con otra (la misma) tostada y....
- Aquí tiene. Disculpe la espera.
- No pasa nada. ¿Me puede traer la otra tostada?
- Noooo. La otra se cayó y la tiramos a la basura. Le he hecho esta.
- Ya, pero no importa. De la basura. Quiero verla.
Glup......

¿Y tú? ¿Has tenido algún fenómeno paranormal como cliente? ¿Nos lo cuentas? 

jueves, 2 de enero de 2020

Basado en hechos reales.

- Hola, buenas. ¿Qué va a tomar?
- Muy buenas. Un descafeinado.
- ¿De sobre o de máquina?
- Si.
Si......¿qué?
Es una de las cosas sin sentido que más veces escuchamos en la hostelería. Me vale también cuando preguntamos "¿del tiempo o frío?" Entiendo que la gente no nos escucha, o que al pronunciar la primera parte de la frase (de sobre) apaga algún automático en su cabeza y no oye lo segundo. ¿Conclusión? O vuelvo a preguntar o asumo que se refiere a lo primero que he dicho. De sobre.

Para entender la siguiente necesito tonito. Ese tonito que viene a significar...."hombreee....eso no se pregunta." ¿Lo tienes? ¿Sabes a qué me refiero? Pues vamos con la situación.
- Hola, buenas.
- Buenos días. ¿Qué les apetece?
- Queríamos desayunar. Para mí, un descafeinado de desayuno y una tostada.
- Perfecto. El descafeinado...¿de sobre?
- Nooo...de máquina. (Con el tonito al que me refería antes).
- Ah, vale.
- Para mí, otro descafeinado de desayuno y un croisant.
Yo, que aprendo rápido.....
- De máquina....¿verdad?
- Noooo....de sobre.
Todo esto abriendo los brazos y poniendo cara de "este tío es tonto".

- Hola, buenos días. ¿Caldo tiene?
- No, aún no.
- Vale, entonces un café con hielo.
¿En qué momento pasa uno de querer tomar un caldo, supongo que por el frío o por estar destemplado, a tomar un café con hielo? ¿En qué momento?

Se habla y se escribe mucho sobre esa situación en que la puerta del bar está cerrada, la persiana medio bajada, casi no hay luz y las sillas están encima de las mesas. Hay gente que, a pesar de todo, hace la pregunta mítica. ¿Está cerrado? Siguiendo en esa línea, tengo que confesaros que hay cosas en las que he gastado dinero y me lo podría haber ahorrado. La placa que tengo en la puerta que dice "empujar". Dinero tirado. En realidad las dos. La que pone "tirar" también es inútil. Y eso de que los errores sirven pa aprender.....ná. Conozco gente que empuja cuando entra y tira cuando sale. Giratoria me la van a hacer.
En estas fechas hay otra versión del bar cerrado. 21 de diciembre.
- Hola, un café y un décimo de lotería, por favor.
- ¿Lotería? ¿Para cuándo?
- Para el sorteo de Navidad.
- Mire....no me queda. El sorteo es mañana.
- ¿No te queda? Uyy....¿y ahora qué hago yo?
Pues espabilar. Y así compra el del Niño antes de seis de enero.

- Hola, buenas. ¿Me pone un café con leche?
- Sí, claro.
- Que no esté muy largo, por favor.
- No se preocupe.
- Ni muy corto ehhhh.
- A ver...caballero. ¿Lo quiere corto de café?
- No no.
- ¿Y largo? ¿Lo quiere un poco largo?
- No no. Eso no.
- Bien, entonces usted quiere un café con leche. Punto.
- Sí, eso.
- Bien.
- Pero no muy largo.
- Grrgrgrgrgrgrgr

Supongo que, bueno....supongo no....estoy seguro, pasa en todos los sectores en los que se trabaja de cara al público. Y como desde el otro lado también se puede hablar de hechos atípicos o comportamientos dignos de ser contados, prometo la versión de los clientes con respecto a los camareros.